- La profesión me permitió y permite conocer a personas de diferentes edades y con variadas experiencias a la hora de emprender.
- Es común escuchar la frase «es demasiado tarde para empezar» o «soy demasiado joven para eso», pero permítanme decirles que esas creencias son muchas veces limitaciones que nos imponemos a nosotros mismos. La realidad es que el espíritu emprendedor no tiene límites de edad.
- En mis entrevistas en Empresarios de Acá por ejemplo, he tenido el privilegio de conocer a emprendedores jóvenes que han alcanzado el éxito a una edad temprana, así como también a empresarios que han comenzado sus proyectos después de los 50 años. Lo que todos ellos tienen en común es una pasión ardiente por lo que hacen y una determinación inquebrantable para alcanzar sus metas.
- El emprendimiento no se trata de la edad, sino de la mentalidad y la voluntad de asumir riesgos y enfrentar desafíos. No importa si tienes 20, 30, 40, 50 o más años, lo importante es tener una idea clara de lo que quieres lograr y estar dispuesto a trabajar arduamente para conseguirlo.
- Además, es importante recordar que la experiencia y el conocimiento acumulados a lo largo de los años pueden ser una gran ventaja a la hora de emprender. Las personas mayores suelen tener una perspectiva más amplia y una mayor capacidad para tomar decisiones informadas. Por otro lado, los jóvenes emprendedores aportan una energía y creatividad fresca que puede ser muy valiosa en el mundo empresarial.
- Hace poco entrevisté a Fernando Lusiardo, empresario del sector agropecuario que detectó una necesidad a través de su trabajo y creó tengoKarga, una plataforma que conecta cargas con transportistas y en definitiva optimiza la productividad del sector (los invito a ver la entrevista realizada en el programa, comparto link en los comentarios).
Fernando me contó «off the record» que el emprender fue una aventura que disfrutó mucho, tanto por hacer algo nuevo cuando ya se sentía profesionalmente consolidado y en un rubro que no era de su total experiencia. - Luego de conocer su historia y detalles de su camino recorrido me quedé pensando en qué importante es cuando uno «se entrega» a un emprendimiento y rompe con las barreras que nos autoimponemos.
Fuente: Tatiana Cortazzo